Día de caza.
Vas trotando por el monte tranquilamente, sonido de pajaritos, viento, paz, calma…. TIRO! miras… no ves cazador ni presa… Sigues, ya vas mirando de reojo… ¡TIRO! Te empiezas a mosquear y a visualizarte como un jabatillo indefenso…. ¡TIRO! Fin de la historia, eres un precioso trofeo en la pared de un orgulloso cazador.
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